Opinión correspondiente a la celebración de la boda en Toledo de Marián y Roberto, el 7 Julio del 2013.
El lugar es un rincón de ensueño de esos que hay por el mundo. Las fotos de la web te encantarán porque se aprecia muy bien la belleza del lugar, pero el día que vas a visitarlo te fascina: es un lugar con muy buena energía. La naturaleza es el matiz principal, los árboles son altísimos y muy frondosos, está lleno de flores y plantas por todos los rincones, se percibe cuidado con mucho mimo y es que trabajan allí cuatro jardineros todo el año.
El Tajo fluye justo a los pies del cigarral, por lo que se percibe su frescor y la sonoridad de un salto de agua cercano evoca tranquilidad, frescor y mucha magia. Los edificios son muy bonitos, de piedra castellana, y el salón principal es una belleza, la decoración austera castellana le da el protagonismo a la cristalera; el río, la luz y la vista de Toledo resplandecen toda la comida. Si estás pensando en celebrar cena, la terraza del río es de otro mundo. Lo maravilloso de celebrar esta boda en Toledo, es que toda la finca es para ti y los invitados pueden pasear por donde quieran, hacerse fotos e incluso entrar en una pequeña capilla del siglo XVII donde en mayo se celebra la romería. Cada uno de los invitados nos dijo que el Cigarral era espectacular, e incluso alguno de los más exigentes nos comentó que era el sitio de bodas más bonito en el que había estado.
Las chicas que te atienden, Sara y Paloma, son muy amables y sencillas, el trato es muy cercano y te complacen en todo lo que les pides.
Nosotros contratamos el cátering con el hotel Beatriz y, de verdad, fue inmejorable. La comida gustó muchísimo; la prueba y elección del menú, los trámites y pagos, el trato con los organizadores… te ofrecen todas las facilidades posibles, incluso nos han regalado una semana en su hotel de Tenerife (estuvimos en enero y lo pasamos genial). Y lo mejor de todo, el trato que nos dieron el día de la boda: educadísimos con todo el mundo y pendientes fuera de lo común de nuestras necesidades. Muy entrañable todo, muy fino.
Mi madre no para de decirme que le encantaría que fuéramos un día a visitar el lugar, a recorrer los espacios, que se han convertido en tan queridos, sólo para revivir aquel día que resultó un sueño. Volver a ese lugar que en mis recuerdos es tan mío.