Mantillas y bodas. Un tema que abordamos coincidiendo con la próxima celebración de la Semana Santa, tiempo de descanso y vacaciones pero también, de procesiones y tradiciones. Y es precisamente una de estas tradiciones la que ha inspirado el post de hoy, el uso de la mantilla española. Un complemento cuyo uso se popularizo de la mano de la reina Isabel lI (1833-1868).
Todo sobre mantillas y bodas hoy en el blog de bodas del Cigarral del Ángel, en Toledo. Descubre los orígenes de nuestro complemento más castizo.
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Actualmente sólo hay tres ocasiones en las que mujeres siguen luciendo mantilla: eventos taurinos, procesiones y bodas. Y como no podía ser de otra forma, es en el uso de la mantilla en las bodas donde nos vamos a detener hoy.
El uso de la mantilla en una boda queda reservado exclusivamente para la madrina, salvo que la etiqueta indique que todas las invitadas pueden llevar dicha prenda.
Como os podéis imaginar, su uso está sujeto a un sinfín de normas protocolarias, normas que, por otro lado, tienden a relajarse con el paso del tiempo. Además de estar reservada para las bodas religiosas, es aconsejable llevar la mantilla con vestido largo o tobillero, los hombros cubiertos y el escote siempre moderado.
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Hoy en día, existe la tendencia de utilizar la mantilla blanca de madrina, que hasta hace unos años era de uso exclusivo de las mujeres solteras, quedando la mantilla negra para las mujeres casadas.
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Respecto a los tipos de mantilla, pueden ser de tres tipos, dependiendo del material: La Blonda, que es un encaje de seda; el Chantilly, un ligero tejido francés y el más utilizado de todos, el Tul de seda, hilo o algodón.
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Y no nos olvidamos de la peineta, aunque de esto… ¡hablaremos otro día!
Desde el Cigarral del Ángel Custodio, tu finca para bodas y eventos en Toledo, os deseamos una feliz Semana Santa a todos y como siempre, a la vuelta, ¡os estaremos esperando!